trizas, comenzaron una escalada de discusiones
No solo ha logrado restaurar su matrimonio, sino que ha logrado una familia bendecida
Ana Umaña tomó la decisión de casarse soñando en formar su propia familia, pero una vez unida en matrimonio con quien fuera su pareja ese sueño quedó hecho trizas, comenzaron una escalada de discusiones que fue corroyendo la relación de ellos, quienes habían optados por convertir las peleas como parte de su rutina.
Ana no se sentía valorada como persona en su propio hogar, aquel que con anhelo siempre soñó tener, los constantes maltratos de su pareja la hacían sentir mal, a cada oportunidad este le decía que no servía para atender la casa. Sin importar las horas que ella durara en la cocina no había manera de que su esposo presenta alguna protesta ante sus labores como de casa.
Ana se sentía como un objeto debido al trato que recibía en casa, sentía que no era dueña de sus propias decisiones ni de opinar sobre su hogar, esto la llevó a sufrir de una depresión que comenzó a carcomerla por dentro. Repentinamente se transformó en una persona nerviosa que no podía controlar el temblar de sus manos, optó por dejar de salir de casa y evitaba sobre todo el contacto con otras personas, había perdido todas las ganas de socializar.
Por las noches se le dificultaba pegar un ojo puesto que era acosada por pesadillas donde la muerte era siempre la protagonista.
Un día su amiga la observó batallar con su hija quien se encontraba realmente enferma así que le habló de la Iglesia Universal y cómo ahí podía encontrar una guía que la ayudara con todos sus males. Ella al principio no creía, pero una vez aceptó ir, llevó a su hija y de manera milagrosa esa misma noche tras recibir el poder de la oración logró ser sanada.
Hoy día el respeto se respira en su casa, no solo ha logrado restaurar su matrimonio, sino que ha logrado esa familia bendecida que siempre sueño. El Espíritu Santo los ha posado sobre los brazos de Dios quien los protege y los guía para evitar los males y enseñarlos a darse amor.